- Enfermedades neurodegenerativas: enfermedad de Alzheimer y otras demencias, enfermedad de Parkinson, Esclerosis Múltiple, etc.
- Daño cerebral adquirido: Traumatismos Craneoencefálicos (TCE), Accidentes Cerebrovasculares (ACV), tumores cerebrales, etc.
- Trastornos del neurodesarrollo: parálisis cerebral, retrasos madurativos, trastornos del espectro autista (TEA), trastornos por déficits de atención/hiperactividad (TDAH), etc.
En todos estos casos y en otros tipos de afectaciones neurológicas, nuestro grupo de profesionales realizará una valoración inicial del estado cognitivo, determinando qué capacidades se encuentran afectadas y cuáles están conservadas. A partir de la valoración inicial, orientamos al paciente y su familia a afrontar la situación de la forma más adecuada posible, y optimizar la nueva realidad.
En los casos que se considere necesario, se podrá iniciar un programa integral de intervención neuropsicológica, personalizado y ajustado a las necesidades de cada persona.
TIPOS DE INTERVENCIÓN NEUROPSICOLÓGICA
REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
Especialmente indicado para personas que han sufrido daño cerebral adquirido de tipo focal, fundamentalmente debido a TCE y ACVs.
También recomendable en el caso de pacientes con enfermedades neurodegenerativas que precisen una atención más individualizada.
Los objetivos son:
- Favorecer la recuperación/compensación de las funciones cognitivas alteradas
- Promover un ajuste emocional y comportamental
- Potenciar el mayor nivel de autonomía funcional en el paciente
- Mejorar la calidad de vida del paciente y sus familiares
Se planificarán sesiones individuales o grupales, dependiendo de los objetivos a desarrollar.
ESTIMULACIÓN COGNITIVA
Recomendable para pacientes con enfermedades neurodegenerativas (Deterioro Cognitivo Leve, Enfermedad de Alzheimer, Enfermedad de Parkinson, otras demencias).
También indicado para personas que han sufrido un daño cerebral adquirido, cuando el objetivo es el mantenimiento del estado cognitivo del paciente.
Los objetivos son:
- Evitar/enlentecer la progresión de los síntomas cognitivos (pérdida de memoria, problemas de concentración, lenguaje, etc.) derivados de la enfermedad.
- Preservar el mayor nivel posible de autonomía funcional.
- Favorecer la mayor calidad de vida para el paciente y su familia.
